"Jason Kahn, las estrategias de una actitud"
Artecontextexto (spanish version)
No obstante hay casos que se salen de esta norma. Dos de ellos son americanos, criados en Los Ángeles del post-punk, Destroy All Monsters o el conceptual californiano de John Baldessari & Co. Se trata de Steve Roden y Jason Kahn. El primero es un artista visual de formación, pero más conocido en Europa como artista sonoro, que tiene editados decenas de CD's. Su música es tan original como para haber recibido un nombre: música en minúsculas. Pero son músicas muy diferentes. Jason Kahn es básicamente un percusionista (batería según propia definición) y llegó al arte gracias a comprender, en Europa, que el altavoz permitía trabajar con el sonido como un objeto. Esto, unido a una concepción del espacio como elemento fundamental en sus trabajos sonoros, le condujo al arte. Kahn ha sacado en corta sucesión cuatro discos que parten de supuestos absolutamente dispares. En uno se trata de un trabajo pura y absolutamente electrónico sobre una onda determinada (Beautiful Ghost Wave, Herbal International CD) en otro se trata de una performance de percusión en el antiguo estudio neoyorquino de Nam June Paik (For Nam June Paik, Absence of Wax, descarga gratuita), otro más en el que compone para un grupo de libre improvisación (Dotolim, Balloon & Needle CD) y un último que constituye un paisaje sonoro de Delhi como no se había escuchado antes (Unheard Delhi, descarga gratuita). El proceso no lo es todo, pero impone un contexto. Por ejemplo, en Beautyful Ghost Wave, Jason Kahn toma de su colección de grabaciones una onda que le parece tan fantasmal como bella y le aplica todo tipo de procesos analógico-digitales para conducirla a un lugar donde la belleza es áspera. Sin embargo, For Nam June Paik es una performance, tal cual, donde lo que se produce es tanto la experiencia del momento como una música que pueda ser luego distribuida en forma reproducible. Esa doble función la cubriría también su trabajo con Minamo. Pero aquí no es el mismo Kahn, con su ordenador o su batería, sino unos intérpretes (coreanos) a los que se propone una composición según unas pautas definidas pero dentro de las cuales pueden moverse libremente. Esto podría entenderse como una aproximación estocástica, de azar limitado matemáticamente, pero en realidad tiene más que ver con intuiciones, el establecimiento de modos de comunicación que permitan libertad, consideración del otro y de la autorregulación aceptada para un fin determinado. De nuevo, el último trabajo, Unheard Delhi, no tiene nada que ver formal ni procesualmente con los anteriores. Se trata de un paisaje sonoro de la capital de India creado según las propuestas que Kahn iba recibiendo de vecinos de la ciudad. Y así, aparece un muecín, ruido de un grifo, manifestaciones, un parque... Sonidos que significan algo para quienes viven allí y que ayudan a pensar sobre cómo escuchan en otros lugares y cómo escuchamos nosotros. ¿Podemos hablar de estilo? No parece. Pero, sin em- bargo, no cuesta mucho aceptar estos trabajos como creados por Jason Kahn, un mismo autor aunque desconcierte a quien no le conociera con anterioridad. Y es que sustituimos el estilo definido por formas, materiales y conceptos, y lo sustituimos por actitud ante las cosas. Algo, da la impresión, de mayor importancia. top |